EXPOSICIÓN

AMAPOLAS

PRENSADAS / PENSADAS / PRENDADAS

Martina Prim


Las amapolas fascinan tanto por su belleza simple, natural, que apenas dura si las cortas, como por sus propiedades (…de todo tipo).

¿Dibujarlas PRENSADAS por qué? Porque es una forma de decir que aún después de darlo todo, siguen siendo bellas y motivadoras. La serenidad de estas flores prensadas conmueve porque lleva al recuerdo de todo lo vivido que en ellas, de alguna manera, se condensa.

¿Quién no ha querido guardar para siempre en las páginas de un libro una pequeña flor intentando estirar aquel recuerdo?

 

Dice John Keats que “Belleza es verdad, verdad es belleza, es todo cuanto sabemos en la tierra, y todo cuanto necesitamos saber”, y dice Luis Rosales: “…puede haberse secado el vivir, pueden haber pasado años y años de secura, y, de repente, a la luz de un relámpago, vemos nuestras raíces”.

De ahí que esta serie de amapolas no sea solo una serie de dibujo de flores prensadas sino también de flores PENSADAS, porque cada pliegue que ha quedado, cada gesto que la ha conformado está pensado, y está vivido. Sólo se sabe lo que se vive, y lo que se vive se piensa. De ahí que, en esta serie, se haya querido colar junto a las amapolas, algún dibujo de algún pensamiento también prensado.

 

¿Cómo no PRENDARME de ellas? Me llevan a mi madre, a tantas mujeres que lo han dado todo por alguien, a tanto servicio callado y feliz. A tantas mujeres maltratadas también, que a pesar de los pesares continúan inspirando, motivando, sonriendo. Hay que seguir viviendo, siguiendo el camino. Me llevan a tantas mujeres primeras, primeras en abrir caminos, en dar buenas noticias, en acoger en brazos. María Magdalena, Teresa de Jesús… Las amapolas saben mucho de caminos, lo saben todo ya que se han acostumbrado a nacer y a morir en el camino. El color que apunta en muchas de ellas está conservado, porque la vida es de colores. La felicidad está en la vuelta de cada esquina, y se construye día a día, en cada cicatriz (las flores prensadas saben todo sobre las cicatrices en cada uno de sus pliegues), en cada encuentro. La vida no es fácil, casi nunca. La belleza no está en la perfección de una estética imaginada. La belleza está en esa arruga, en esa herida que nos priva del tallo, en ese rastro lejano del color que fue y se dio completo.

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