Antonio Oteiza

Nace en San Sebastián, España, en 1926. Se ha descrito a sí mismo como “capuchino aventurero”. Un trotamundos. Ha vivido 15 años como misionero en países latinoamericanos, frecuentemente entre grupos indígenas de quienes admira su forma de vivir, la hospitalidad de sus casas.

Escribió narraciones tomando como motivo de inspiración ríos que ha recorrido: Orinoco, Amazonas, Negro, Madeira, Paraguay, Paraná… Visitó durante una larga temporada a los capuchinos en Ecuador, sobre todo en la Misión de Aguarico (Provincia de Orellana), lugar donde quiso seguir la huellas dejadas por Alejandro Labaka. También ha escrito una historia sobre las Islas Galápagos.

Antonio era hermano menor del eminente escultor Jorge Oteiza, ya fallecido. Por tanto, el mundo del arte no le era ajeno. Sin embargo, su primer acercamiento fue por azar. Estando en Venezuela necesitó el concurso de un escultor y, al no hallarlo, él mismo se puso manos a la obra. De esa forma improvisada nació el artista dibujante y escultor.

En escultura ha realizado exposiciones en España y América, series monográficas en relieve sobre San Francisco de Asís, San Juan de la Cruz, Padre Anchieta, Pedro Betancourt, Lope de Aguirre, Esteban de Adoáin y otros personajes. En la localidad guipuzcoana de Azcoitia, el Municipio le ha dedicado un Museo y Fundación.

Antonio ha optado siempre por la espontaneidad y la vivacidad. Atento siempre a las culturas o gentes con las que le tocó convivir. Su arte no puede disociarse del gusto por el cambio y la vida nómada. Fiel a su espíritu aventurero, nunca tuvo un taller, prefiriendo siempre la improvisación del camino, donde se ha sentido unido a Dios y a las gentes.

Puede encontrar más información sobre el autor en http://www.antonioteiza.org/oteiza/es/biografia.php