La pintura de Emilio Sánchez Cayuela

En el ábside central destaca el gran mural pintado al fresco por Emilio Sánchez Cayuela con la figura orante del santo de Padua, que está suspendida sobre una nube que sostienen dos ángeles. Cuatro ángeles músicos festejan la gloria del santo sobre cuya cabeza una leyenda en latín dice: HIC EST QUI MULTUM ORAT PRO POPULO (Aquí está el que mucho reza por el pueblo). En la base del fresco, un precioso paisaje muy resuelto en el que se ve la ciudad medieval y amurallada de Padua, con la basílica del santo en primer término y las colinas euganeas al fondo. Por debajo de este gran fresco hay otras pinturas más pequeñas que acompañan a derecha e izquierda, la gran imagen exenta y central de San Antonio, obra del taller madrileño de don Félix Granda, construida para este lugar al tiempo de levantarse la iglesia, donde aparece el santo de una manera muy frecuente, con su hábito de capuchino, con el Niño Jesús apoyado en su hombro y sostenido sobre su brazo derecho.

Las pinturas que ocupan este base del fresco central, cada una bajo un arco pintado, representan, vistas de izquierda a derecha, las siguientes escenas de la vida del santo: su madre en Portugal sosteniendo al recién nacido, la toma de hábitos en la Orden Franciscana y su vida monástica; y a la derecha, su primera misa, su viaje a Italia en barca y finalmente su imagen más repetida, con el Niño Jesús alzado en sus brazos. El artista abre y cierra estos seis cuadros con la figura de un adulto sosteniendo un niño, en el primer caso la madre y en el último el santo.

A ambos lados del ábside hay dos pinturas más de Sánchez Cayuela, se trata de lienzos, tan bien sujetos, que las pinturas parecen hechas sobre el muro, como el cuerpo central.

Los cuadros están rematados en medio punto y representan sendos milagros del santo.

En la pintura de la izquierda se ve a San Antonio que, ante la negativa de las autoridades de Rímini para dejarle predicar, se dirige a los peces del mar, que acuden por millares a escucharle. En la pintura de la derecha se representa otro milagro, en este caso el de la resurrección de un joven ante las bendiciones del santo. La tradición dice que San Antonio resucitó a este joven que había sido asesinado porque de su muerte se acusaba al padre del santo. El resucitado testificó con el fin de poner de manifiesto la inocencia del padre.

En el cuadro se ven en el centro las dos figuras principales del santo y del resucitado; a la derecha los padres del santo, a la izquierda los jueces y en el centro un guardia. El motivo de San Antonio de Padua resucitando a un joven es el tema central de la cúpula de la ermita de San Antonio de la Florida que pintó Francisco de Goya en Madrid.

También este motivo se encuentra en un espléndido cuadro de Lorenzo Pasinelli en la catedral de San Petronio en Bolonia.

Biografía de Emilio Sánchez Cayuela

Emilio Sánchez Cayuela,”Gutxi”, nace el 6 de octubre de 1907 en Pamplona, en el seno de una familia de tradición artística, e inicia muy joven su formación pictórica. En 1928 se traslada a Madrid para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde vivirá hasta 1968, fecha en que regresa de nuevo a vivir a Pamplona.

En la Escuela de Bellas Artes elige como maestro a Daniel Vázquez Díaz, por sus afinidades artísticas y por la amistad que les unía. La influencia de este pintor quedó patente en algunos de los rasgos más característicos de la obra de Emilio Sánchez Cayuela.

Durante sus más de cincuenta años de vida profesional cultivó y dominó todos los géneros y técnicas, preferentemente la pintura mural, el óleo, el dibujo y la acuarela. Como pintor de caballete abarcó toda la gama de posibilidades de la pintura figurativa: naturalezas muertas, el bodegón, los temas florales, el paisaje, la pintura de género y, sobre todo, el retrato.

En 1935 ejecuta su primera pintura al fresco en los “Salones de Intercambio Cultural Iberoamericano”, donde pinta un mural sobre el Descubrimiento.

De 1942 a 1952 pinta los siguientes murales: Iglesia de San Antonio y de la capilla del Cementerio de San José en Pamplona; capilla mayor y tablas del vía crucis de la iglesia de San Francisco Javier en Pamplona; iglesia de Olave, Navarra; murales del Frontón Recoletos, del Restaurante Roncesvalles, de la Capilla del Tribunal de Menores, de la capilla de los Sagrados Corazones y de la iglesia de San Lorenzo, en Madrid; y los murales de la Casa Nestares de Barcelona.

De 1961 a 1987 pinta el mural de mosaicos de la iglesia parroquial de Espinal, el de la iglesia de Oroquieta y los del Hostal El Mirador en Barasoain (Navarra); en Pamplona, los murales del Hotel Maisonave y de la cafetería Reta.

En 1991, el Gobierno de Navarra organiza, con carácter de homenaje, una exposición antológica en el Museo de Navarra, y, posteriormente, en la sala de cultura Fray Diego en Estella.

Emilio Sánchez Cayuela muere en Pamplona el día 16 de marzo de 1993.

Restauración

La obra de Sánchez Cayuela, pintada in situ en el gran mural central, sobre el revoque de la pared, y los dos lienzos laterales (realizados seguramente en su taller) y adheridos en los laterales, presentaba diferentes problemas de conservación: humedades, pérdidas de capa pictórica y fragmentos a punto de desprenderse. En una sección del mural, las escamas habían sufrido un proceso lento de cocción por efecto de la potente tobera de calefacción colocada bajo las pinturas.

En la REFORMA del 2009, dirigida por el TALLER DE ARTE Y RESTAURACIÓN, bajo la dirección de Luis Tovar, se realizó un proceso de limpieza (con catas previas) de toda la obra pictórica, consolidación y reintegración de las pérdidas de policromía, etc.