Construcción e Inauguración de la Iglesia 29/6/1940

La iglesia se levantó en poco más de un año. El proyecto fue diseñado por el arquitecto Don Modesto López Otero, director de la Escuela de Arquitectura de Madrid y arquitecto-director del proyecto de la Ciudad Universitaria de esa capital. D. Félix Huarte fue el contratista responsable de la ejecución de la obra, bajo la dirección técnica del arquitecto D. Francisco Garraus.

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La iglesia, en su interior, mide 36 metros de longitud por 20 de anchura y 22 de altura. La fachada está construida con ladrillo y cemento, haciendo un uso artístico de unos materiales que, en su momento, eran los que estaban al alcance de los constructores.

El proyecto en su conjunto está inspirado en las iglesias medievales del tiempo de San Antonio de Padua (Lisboa 1195 – Padua 1231), es decir, en el estilo netamente románico. Pero la rotundidad de sus líneas y la sobriedad de sus elementos decorativos, basados en los constructivos, aportan una modernidad propia de los años en que se levantó el templo.

En el interior, la disposición del templo, con una sola nave, se completa con una bóveda de aristas, de resonancias góticas, terminando en la parte posterior con una división en tres alturas: la parte baja cuenta con dos arcos rebajados, dando soporte al coro y al sobrecoro, vedados en la actualidad a los fieles.

Lo primero que llama la atención del visitante es el espacio diáfano del templo, con unos pilares de cemento estilizados en los lados y la existencia de una sola nave. Sobre los pilares se apoyan los cuatro tramos de la bóveda.

El Catálogo Monumental de Navarra describe así el templo:
La arquitectura de la iglesia tiene ecos de los edificios tradicionales de la orden franciscana, con una amplia nave rectangular con contrafuertes interiores, sobre la que voltea una bóveda de crucería con aristas.

Los recuerdos medievales se encuentran también en los capiteles con decoración vegetal que coronan las columnas que van marcando los tramos. En el exterior, realizado, como la mayoría de los edificios del II Ensanche con ladrillo ocre y hormigón, quedan bien remarcados los ventanales de medio punto y la gran escultura de San Antonio que preside la fachada.

La consagración del templo tuvo lugar el 29 de junio de 1940, festividad de los santos Pedro y Pablo, en una solemne ceremonia presidida por el Padre Joaquín de Pamplona, que había sido misionero en Colombia y Venezuela, y obispo en Docimea (la actual Iscehisar, en Turquía) y en la isla de Guam (Oceanía).

Sin embargo, las obras en su interior no terminarían en todos sus detalles hasta dos años más tarde, cuando el pintor pamplonés Emilio Sánchez Cayuela (1907-1993) concluyó los frescos que adornan el altar mayor.