El Templo

La iglesia, en su interior, mide 36 metros de longitud por 20 de anchura y 22 de altura. La fachada está construida con ladrillo y cemento, haciendo un uso artístico de unos materiales que, en su momento, eran los que estaban al alcance de los constructores.

En el interior, la disposición del templo, con una sola nave, se completa con una bóveda de aristas, de resonancias góticas, terminando en la parte posterior con una división en tres alturas: la parte baja cuenta con dos arcos rebajados, dando soporte al coro y al sobrecoro, vedados en la actualidad a los fieles.

Los 36 metros de la iglesia están divididos a su vez en cuatro tramos iguales: el primero lo ocupa el presbiterio, los dos centrales el espacio para los fieles, con una capacidad para algo más de 300 personas sentadas, y la parte final, con capacidad para más de 70 personas, bajo el coro, orientados los bancos hacia las imágenes de La Divina Pastora, San Francisco de Asís y San Pío de Pietrelcina, en el lado derecho del templo. Lo primero que llama la atención del visitante es el espacio diáfano del templo, con unos pilares de cemento estilizados en los lados y la existencia de una sola nave.

Sobre los pilares se apoyan los cuatro tramos de la bóveda, cuyos volúmenes se resaltaron en la restauración de 2009 utilizando una pintura azul en dos tonos distintos.