Olentzero

La Navidad fue sin duda la época anual de más actividad musical y cultural de la Escolanía. Por su parte, también de la Juventud San Antonio lanzó iniciativas navideñas que tuvieron un gran éxito.

Hemos de recordar que en los inicios de los años 50, en Pamplona, apenas había actividades especiales populares durante esta época, fuera de las específicamente religiosas. No eran comunes costumbres que luego se han impuesto, como el árbol de Navidad, o los embellecimientos luminosos ciudadanos; apenas se daban adornos especiales en comercios privados. La Navidad no estaba en la calle. Incluso el belén familiar era poco frecuente.

Pero los dirigentes capuchinos de la Escolanía y la Juventud bebían de dos fuentes muy navideñas. Francisco de Asís fue el inventor del Belén viviente y un enamorado del Nacimiento. Los capuchinos combinaban esa tradición propia, con otras de raíz eminentemente popular.

Por eso la Escolanía y la Juventud San Antonio fueron, sin duda, los grandes animadores navideños de esos años. En sus diarios se acumulan participaciones en concursos de villancicos, recitales en el Hospital, fábricas, parroquias, o en tantos otros lugares de la ciudad. Muchas veces acompañados de los dantzaris, o de cuadros teatrales al uso.

OLENTZERO una creación SAN ANTONIO

El tiempo es como el olvido. Y muchos olvidaron ya que una tradición navideña, hoy muy arraigada en nuestra ciudad, fue creación propia y exclusiva de los capuchinos y jóvenes de San Antonio. Por esos años, el P. Isidro de San Sebastián (José Luis Ansorena) lanzó la idea de poner en las calles pamplonesas una tradición que se mantenía en pueblos de la montaña navarra: el Olentzero. No nació sin problemas, tal como vemos en su Diario.

En 1956 la Asociación de Antiguos Alumnos de San Antonio, (luego Juventud San Antonio) organizaba la caravana navideña Olentzero. Tras muchos días de preparación, llegó la prohibición del Gobierno Civil en vísperas de salir, el día 23. Pero los de la Asociación, con Santamaría a la cabeza, no se rindieron. Toda la mañana y hasta media tarde del 24 la gastaron en entrevistas con el Gobernador, el Alcalde, concejales, el arzobispo… No fue posible.

El año siguiente, se consiguió al final autorización para sacar el Olentzero a la calle, … pero sin Olentzero. Dice en su Diario José Luis Ansorena: Fue una caravana navideña vasca, pero sin permiso para exhibir el muñeco. El éxito de público fue sorprendente. Una buena parte se llevó una gran desilusión porque soñaba con no sé qué carrozas. Lo cierto es que se han cumplido nuestros deseos y el Olentzero ha salido felicitado por el alcalde y otras personalidades.

Al año siguiente, anota Ansorena en su diario: Olentzero organizado por los AA AA de la Escolanía. Intervienen los niños. En la caravana, como novedad, un nutrido grupo de acordeones. El desfile navideño ha cuajado de verdad.

Y, por fin, en 1959 escribe: Caravana navideña Olentzero por las calles de Pamplona. La Escolanía interpreta villancicos, entre los que se han incluido este año algunos en castellano. Gran éxito. Buen aguinaldo. Buena organización.

Tal fue el comienzo.

PERSONAJES DE NAVIDAD

Promover y mantener actividades populares suele ser siempre cosa de muchos. Sin embargo, aunque reconozcamos lo injusto que es destacar solo a algunos, muchos recuerdan a tres personas que tuvieron un empeño especial, ideas y tenacidad, para sacar adelante aquellos proyectos.

El P. Hilario Olazarán podría ser muy bien figura de proa en aquella nave musical y cultural. Su inconfundible figura (hábito o traje, barbas blancas, txistu y tamboril, txapela o pelliza) acompañó en cientos de recitales aquí o en el extranjero. En el Olentzero fue una figura tan conocida como el carbonero de los bosques.

Antonio Santamaría que estuvo en los orígenes del Olentzero y lo acompañó mientras vivió.

José Luis Ansorena (P. Isidro de San Sebastián), animador incansable en la recuperación y mantenimiento de las mejores tradiciones de nuestro pueblo.